Lamine Yamal y su entorno le han estado mintiendo al Barça

La estrella del Barça todavía no conoce bien su cuerpo

No ha sido el inicio de temporada soñado por Lamine Yamal. La estrella culé ha visto como su buen comienzo goleador y asistente se veía truncado por unas dolencias en el pubis que lo han dejado fuera de combate durante varias semanas. Y es que lo peor es que la pubalgia es un problema que puede dejar a un futbolista fuera de combate durante varios días y semanas, ya que se trata de una lesión que si no se cura bien, no se acaba de ir nunca. Algo que Lamine ya ha notado, en su primera recaída, cuando acabó el partido contra el PSG.

Según cuentan, cuando acabó el duelo ante los parisinos, Lamine apenas era capaz de acostarse en la cama. No pudo dormir bien esa noche y en el cuerpo técnico y sanitario del Barcelona entendieron que no fue una buena idea que Lamine jugara contra los de Luis Enrique, ya que acabó absolutamente fundido y con la pubalgia regresando a unos picos de dolor que, según él, ya habían desaparecido desde hacía varios días, invitando a que podría jugar sin problema.

Lamine y los suyos nunca son claros

Para tratar un problema como lo es la pubalgia, la sinceridad del futbolista es fundamental. No hay pruebas que, como en las roturas musculares, indiquen de forma empírica que un jugador está o no lesionado. Con este problema, casi todo depende de las sensaciones del futbolista. Y aquí, el ansia de Lamine Yamal le acaba jugando en su contra, ya que quiere jugarlo todo y, por nada del mundo, se quiere perder las grandes noches del equipo. Y eso implica jugar con dolor y con una lesión complicada como lo es la pubalgia.

Para ello, Lamine habría jugado al despiste con el equipo técnico y sanitario del Barça. El joven crack no es sincero con los dolores que siente y cuando se acerca un partido importante siempre dice estar en perfecto estado, cuando, la verdad, es que todavía está sufriendo algún tipo de dolor.

Así pues, con el tema de la lesión de pubis, Lamine Yamal ha estado mintiendo al Barça al asegurar que ya no sentía ningún dolor. Algo que ante el PSG demostró ser falso, ya que cuando acabó el duelo, el joven no era capaz ni de acostarse tranquilamente en la cama para dormir y recuperar durante la noche.