Lamine Yamal tiene más enemigos que amigos en el vestuario del Barça

Su vida fuera del Barça genera fricciones en el vestuario

Lamine Yamal empieza a tener más enemigos que amigos en el vestuario del Barça. Su vida fuera del terreno de juego, marcada por hábitos cuestionados y una actitud que algunos consideran de estrella, ha generado malestar entre los jugadores, especialmente los más veteranos. La consecuencia es clara: su círculo de amistades dentro del equipo se ha reducido notablemente, quedando prácticamente limitado a Alejandro Balde y un par de compañeros de confianza.

Uno de los más críticos con Lamine es Robert Lewandowski, que no oculta su molestia por la influencia que el joven extremo puede ejercer en decisiones deportivas y en la dinámica del grupo. Además, la relación con Marcus Rashford tampoco es fluida, debido a que Lamine quería a su amigo Nico Williams en la misma posición, generando tensiones y un claro choque de intereses dentro del ataque del Barça. Este conflicto ha dejado a Lamine en una posición delicada respecto a sus compañeros de delantera.

Problemas extradeportivos y rendimiento condicionado

El entrenador Hansi Flick también ha tenido roces con Lamine, principalmente debido a su vida extradeportiva. Flick considera que ciertos hábitos y salidas del futbolista han afectado su profesionalidad y compromiso con el equipo. Estas fricciones han limitado la confianza que el técnico deposita en él en momentos clave de los partidos, obligando al Barça a buscar alternativas en su sector ofensivo.

En cuanto al rendimiento, Lamine ha visto afectada su proyección por la lesión de pubalgia que sufrió recientemente. Aunque es un jugador de gran talento, su aportación esta temporada se ha visto condicionada por los problemas físicos y por el ambiente complicado dentro del vestuario. Esto ha hecho que su progresión no sea tan lineal como se esperaba al inicio de la campaña, y su estatus de indiscutible se ha visto cuestionado en algunos encuentros.

La solución solo está en las manos de Lamine

En definitiva, Lamine Yamal enfrenta un contexto complicado en el Barça, con fricciones con compañeros y cuerpo técnico y un rendimiento condicionado por lesiones y problemas extradeportivos. El joven talento deberá encontrar equilibrio y respaldo si quiere recuperar su protagonismo y mejorar su integración en un vestuario cada vez más crítico.