Lamine Yamal no se fía y ha tenido hasta tres reuniones fuera del Barça en el último mes

El joven prodigio azulgrana ha mantenido al menos tres encuentros fuera del club en el último mes para valorar una intervención quirúrgica

En los últimos treinta días, Lamine Yamal ha protagonizado tres reuniones confidenciales para analizar su futuro: dos con su entorno personal y una con miembros del cuerpo médico, todas fuera del FC Barcelona. Según fuentes cercanas al club, estas citas responden a la necesidad de decidir si dar un paso definitivo e intervenir la pubalgia que lo está lastrando desde hace semanas.

La pubalgia, según informes de los especialistas del Barça, está reduciendo su capacidad de movimiento y remate en hasta un 50 %. Por ello, Lamine y su entorno valoran seriamente la opción quirúrgica, aunque también pesan las consecuencias de una operación en plena temporada. El club le ha dado permiso para moverse y analizar alternativas, por lo que la decisión está cerca.

Operarse o no: un dilema con pros y contras

Operarse implicaría una parada más prolongada —entre seis y ocho semanas en ciertos casos—, lo que podría hacerle perder partidos clave y quizá minutos en ante equipos de mucho potencial. Sin embargo, los beneficios serían claros: eliminaría el dolor, evitaría recaídas y le permitiría volver con garantías al 100 %. Flick y el club saben que si continúa jugando con molestias, su rendimiento seguirá bajando y la lesión podría cronificarse. 

No operarse, en cambio, permitiría que Lamine siga disponible de inmediato y mantenga su protagonismo en el equipo. Pero arriesga que el dolor persista, que su progresión se estanque y que su rendimiento siga a la baja. En el Barcelona ya se percibe que no está rindiendo como antes y que necesita una gestión especial. Flick, por su parte, ha reducido sus apariciones públicas y ha cancelado campañas para que se centre exclusivamente en entrenar.

El entorno habla claro: tres reuniones fuera del club y “decisión inminente”

El técnico ha enviado un mensaje claro: “Te queremos, pero necesitas estabilidad y pensar en el equipo”. Y el mensaje llega también de la directiva, liderada por Joan Laporta, que teme que el entorno mediático del jugador y su recuperación incompleta puedan provocar una bajada de nivel que el club ya no puede permitirse.

La decisión es de Lamine será trascendental. El Barça lo rodea de apoyo, pero también de exigencia. La elección entre operarse o no puede marcar el tramo final de esta temporada —y quizá el futuro inmediato de una de sus mayores promesas—.