Joan Laporta ya ha recibido la primera oferta de 20+10 millones por él, pero pedirán 50
El Barça no piensa regalar el fichaje de Marc Casadó
En las oficinas del Barça se preparan para unas semanas frenéticas de trabajo. Antes de que ruede el balón con Hansi Flick al mando, Laporta y Deco deben resolver frentes muy importantes, empezando por la renovación de Frenkie de Jong, que se ha convertido en una exigencia innegociable del técnico alemán. Aunque el foco va a estar en dar salida a jugadores que no entran en sus planes, como Iñaki Peña, Pau Víctor, Héctor Fort, de hecho Pablo Torre, uno de los señalados, ya ha salido.
Pero en el Barça nadie descarta más salidas. En especial, aquellas que se podrían definir de dolorosas e inesperadas. Entre estos nombres aparecen los de Marc-André ter Stegen, Ronald Araújo, aunque los que más dolerían serían los de Fermín, o el de Marc Casadó, por el que han comenzado a llegar ofertas.
Una venta dolorosa para un jugador con menos peso del esperado
Casadó ha pasado de ser una de las grandes revelaciones de Europa a quedarse fuera de los planes de Flick en la recta final de la temporada. El canterano perdió protagonismo en el Barça y la situación puede complicarse aún más con el regreso de Marc Bernal, al que se le presupone un mayor potencial, y que está a punto de recuperarse de la grave lesión de rodilla que sufrió hace un año.
El escenario para Casadó se pone delicado, y varios clubes quieren pescar en río revuelto. El Bayer Leverkusen ha movido ficha de manera decidida. Los alemanes, tras ingresar una millonada por las ventas de Florian Wirtz y Jeremie Frimpong al Liverpool, quieren invertir parte de ese dinero en el fichaje del centrocampista catalán, al que consideran el sustituto ideal de Granit Xhaka, quien apunta a Arabia Saudí.
Desde el BayArena ya han presentado una primera oferta en firme por Casadó: 30 millones de euros, de los cuales 20 serían fijos y 10 en variables. Sin embargo, en el Barça no están dispuestos a regalar a uno de sus talentos mejor valorados y han rechazado de forma contundente esta propuesta, pidiendo un mínimo de 50 millones de euros para sentarse a negociar la venta de un futbolista al que consideran de gran valor. Y es que Laporta y Deco saben que este mercado puede marcar el futuro económico del club, y Casadó, sin quererlo, se ha convertido en una pieza clave del puzle culé.