Hansi Flick no quiere darle ni un minuto mas porque no tiene disciplina

Jules Koundé no es el mismo jugador del año pasado

La situación de Jules Koundé en el Barça es insostenible. Lo que empezó como una simple falta de regularidad se ha transformado en un conflicto interno que está desgastando la relación entre el jugador y el entrenador. Hansi Flick está harto. El técnico alemán considera que el central francés no está mostrando la disciplina necesaria para formar parte del once y ha sido tajante: si no cambia su actitud, no vuelve a jugar. La paciencia se agotó, y en el vestuario ya lo saben.

No entrena con intensidad y su cabeza está fuera del fútbol

Y es que el problema no es solo futbolístico, es de disciplina. Dentro del cuerpo técnico aseguran que Koundé no entrena con la intensidad que exige Flick. De este modo, el entrenador detecta en cada sesión una falta de concentración evidente: gestos de frustración, desconexión constante y una actitud que no se corresponde con la exigencia del Barça.

La realidad es que hay factores externos que están afectando al jugador. Se comenta que no está centrado en el fútbol, que su mente está lejos de la disciplina diaria que exige un club como el Barça. Para Flick, esto es inadmisible. El alemán no tendrá contemplaciones: quien no entrena duro, no juega. El mensaje es claro y directo.

Flick lo deja claro: o cambia o se queda fuera del equipo

Y es que Flick no es un entrenador de excusas. Vino a Barcelona para imponer un método claro: esfuerzo, profesionalidad y disciplina. Por eso, cuando ve que un jugador no se entrega en los entrenamientos, lo corta de raíz. Y con Koundé está pasando justo eso. Flick ya ha advertido al club y al jugador que no le dará ni un minuto más si no reacciona. La sensación dentro del vestuario es que el francés está “al límite” y que, si no corrige su actitud, su rol en el equipo será cada vez menor hasta quedar completamente relegado.

Así pues, la pelota está en el tejado de Koundé. O demuestra disciplina, intensidad y compromiso con el proyecto de Flick, o su futuro en el Barça se acabará antes de lo que imagina. En el Camp Nou no hay más margen para las excusas. El tiempo de Koundé se agota.