Flick le ha pedido que cambie la actitud o pedirá su salida inmediata del Barça
Hansi Flick tiene en la mira a un canterano por su afición a las discotecas.
Hansi Flick se hartó de sus actitudes fuera del campo de juego y le dio un ultimátum: cambia o se va del Barça. En concreto, el entrenador alemán está enfadado con Pablo Torre, el canterano de 21 años que sigue acumulando castigos por sus llegadas tarde a los entrenamientos.
La situación está a punto de llegar a un límite y el estratega está cansado. A su entender, el mediocampista todavía no sabe que forma parte de una de las instituciones más grandes del fútbol europeo y, por ese motivo, cree que no merece vestir la camiseta del culé. Aunque, claro está, el jugador debe cambiar su actitud y, además, dejar de lado su vida nocturna.
Torre no termina de encajar
En la jornada 10 de LaLiga, Pablo Torre tuvo la oportunidad de ingresar al campo de juego, y vaya si aprovechó su chance: sus dos goles en el Barça-Sevilla arrancaron los aplausos de todo el estadio. Desde ese encuentro, el elenco blaugrana disputó cinco partidos contra Bayern Múnich, Real Madrid, Espanyol, Estrella Roja y Real Sociedad. En todos ellos, el jugador cántabro no vio ni un solo minuto.
Justamente, Torre dejó de tener protagonismo luego de que volvieran a salir a flote los rumores sobre su vida nocturna. Flick, en eso, fue claro: es un entrenador justo pero duro. Por ese motivo, es muy estricto con la profesionalidad de sus jugadores y no deja pasar una. Y mucho menos con un joven que debe demostrar que tiene las condiciones para compartir plantilla con otros futbolistas consagrados como, por ejemplo, Robert Lewandowski.
Deja de contar con él
Lo concreto es que, si no cambia, Flick dejará de contar con él y le buscará salida en el verano. Joan Laporta está al tanto de la situación y espera que no vuelva a ocurrir lo mismo que hace dos temporadas. En aquella oportunidad, con Xavi Hernández como entrenador, prescindió de él por su debilidad por la noche y las discotecas, con solo 18 años.
Por esa razón, la temporada pasada el Barça no dudó y lo cedió al Girona. Bajo la conducción de Michel, Torre alternó buenas y malas, pero nunca terminó de encajar en el sistema de juego. Finalmente, fue un paso fugaz.