El padre de Lamine Yamal se convierte en un verdadero problema en el vestuario del Barça

Sus constantes y polémicas declaraciones no acaban de ser bien vistas en el Barça

Lamine Yamal está constantemente en el ojo del huracán por todas sus polémicas, tanto dentro como fuera del terreno de juego. El extremo del FC Barcelona ya estuvo en el punto de mira por su bajo rendimiento en el Clásico del pasado domingo en Liga ante en el Santiago Bernabéu, y la situación se caldeó más cuando varios jugadores del Real Madrid fueron a por él por sus declaraciones en la previa.

Aun así, en el vestuario, además de este enfado hacia el jugador, teniendo en cuenta que algunos futbolistas están hartos de él por su actitud tóxica y su comportamiento infantil, su padre también se ha convertido, desde hace tiempo, en un verdadero problema en el Barça. Al igual que su hijo, Mounir Nasraoui es de esas personas que no saben mantener la boca callada en ningún momento.

El padre de Lamine Yamal es un verdadero dolor de cabeza en el Barça

Este afán de protagonismo del padre le ha comportado algunos dolores de cabeza al futbolista, ya que sus palabras han sido polémicas en muchas ocasiones, y aunque no hayan salido de la boca de Lamine, siempre se le ha relacionado con él porque es su padre. Y ahí, algunos integrantes de la plantilla e incluso dentro del club le han pedido al delantero que lo frene como pueda.

Aunque Lamine ha dejado claro que no puede decirle a su padre que se calle, varias voces dentro de la entidad azulgrana sí que piensan que puede evitar este afán de protagonismo de Nasraoui y que se limite mucho más a hacer declaraciones a la prensa o incluso en las redes sociales, donde es muy activo y está haciendo directos y colgando publicaciones prácticamente todos los días.

El afán de protagonismo de Mounir Nasraoui es evidente

Por lo tanto, está por ver si el extremo hará caso a las peticiones y le pedirá a su padre que rebaje las tensiones y que evite hablar más de la cuenta, ya que desde el Barça entienden que no puede hablar por boca del hijo, más aún cuando Lamine sigue en el ojo del huracán por cualquier cosa que hace, ya sea dentro o fuera del campo.