Joachim Löw está en la calle: Alemania escoge a su sucesor

Su crédito se ha agotado del todo

Los resultados recientes de la selección alemana están dejando mucho, pero que mucho que desear. Primero, en el Mundial de Rusia de 2018, donde hicieron un ridículo espantoso, pues llegaban a la cita como vigentes campeones de la competición, y esperaban que pelearan por revalidar el título. Pero en lugar de eso, cayeron eliminados en la fase de grupos, a las primeras de cambio, y eso que sus rivales, a priori, eran asequibles: Suecia, México y Corea del Sur.

La DFB ya se planteó el despido de Joachim Löw tras esa cita, pero le dio un nuevo voto de confianza, al que no respondió. Y volvieron a hacer un ridículo espantoso pocos meses después, en la UEFA Nations League, siendo últimos y descendiendo. Y ayer se consumó la masacre final, siendo incapaces, de nuevo, de clasificarse a la ‘final four’, y siendo humillados por la España de Luis Enrique, que les endosó un doloroso seis a cero, y que provoca que esté contra las cuerdas.

El problema es que el gran favorito de la federación de Alemania, Jürgen Klopp, tiene contrato a largo plazo con el Liverpool. Y, como es obvio, resulta impensable que le vayan a dejar salir, pues es el cerebro de su proyecto. Algo que ha provocado que tengan que buscar otras alternativas, y ya tendrían una en mente. También parece compleja, pero es, sin duda, más accesible que la que tiene como protagonista al ex del Mainz y del Borussia Dortmund.

Ese es Hans-Dieter Flick, que pronto cumplirá un año al frente del Bayern de Múnich. Llegó a un equipo en ruinas, que no confiaba en su técnico, Niko Kovac, y pocos meses después les convirtió en el club más temible del planeta, ganando todo, incluidas, la Bundesliga y la Champions League. Entre medias, goleadas escandalosas a clubes como el Barça, que acabó ocho a dos. Pero en el Allianz Arena no quieren deshacerse de él, y tiene firmado hasta 2023.

El que fuera jugador bávaro, y también de Sandhausen y de Köln, debería de presionar para que le dejen marcharse.

Aunque es bastante difícil que le dejen.