La afición culé se ceba con el futbolista tras el pitido final
El vasco ha sido el centro de todos los memes pese a su reacción tras el partido
El fútbol de bufanda y forofismo sigue existiendo muy a pesar de los pesares. Eso es lo que ha hecho posible que una parte muy importante de la afición azulgrana haya centrado durante las últimas horas su ingenio y su creatividad en torno a la figura de Asier Villalibre. El delantero suplente del Athletic de Bilbao se ha hecho famoso por el modo en el que celebra sus victorias: trompeta en mano ameniza los momentos posteriores a la final cuando esta se ha ganado.
Esa acción es algo atípica en el fútbol y parece ser que un sector de la afición culé no se lo tomó del todo bien cuando en enero los vascos derrotaron a los catalanes, también en Sevilla, en ese mismo estadio de La Cartuja, (en aquel entonces se trataba de la Supercopa de España) y Asier tocó su trompeta. Ayer era la primera oportunidad que tenían los dolidos de entonces de vengarse del ariete y no tardaron ni un minuto en hacerlo tras el pitido final.
Seguramente eso fue lo que les impidió ver a muchos como Villalibre actuaba tras el final del partido en el terreno de juego: el delantero vasco se quedó sobre el verde viendo como los Piqué, Messi, De Jong, Griezmann y compañía levantaban la Copa y aplaudía desde su posición tal hecho. Una parte importante de la prensa destacó su actitud de enorme deportividad y ensalzó el buen saber perder del dorsal número 20.
Está claro que ganar gusta y que, con el subidón de la victoria, uno pierde cierto control de si mismo, pero como se ha dicho tantas veces, saber ganar es tan importante como saber perder y ayer fue Villalibre quien demostró a esa parte de afición barcelonista dolida con el jugador que él sabe hacer las dos cosas, tanto ganar como perder, sin meterse con nadie, algo que quienes ayer atacaron al futbolista con memes y chistes de mal gusto, no pueden, ni mucho menos, afirmar.
Ahora toca pensar en una LaLiga que se ha puesto al rojo vivo y que, a buen seguro, dará más oportunidades a esa afición ultra de verter su bilis y a los buenos deportistas, como Villalibre, de seguir demostrando que son grandes.