Guardiola y Xavi lo quisieron y ahora decidirá entre Barça y Madrid

La Real Sociedad recupera a su mejor jugador en un momento dulce… que pueden sufrir los dos grandes

Una de las más grandes alegrías que tiene Imanol Alguacil y el tercer equipo de España en estos momentos, la Real Sociedad, más allá de su juego y resultados, de su continuidad en un proyecto que aspira a grandes cosas, es la recuperación de Mikel Oyarzabal, el que ha sido durante años su jugador referencia. Básicamente porque ya marca (lo hizo ante el Athletic) y poco a poco va ganado la confianza para ser importante. Recordemos estuvo en la agenda del Manchester City y el Barça y ahora, con su equipo, puede ser el juez del futuro a corto plazo de los culés y/o el Real Madrid.

El primero que tendrá que poner a prueba a esta Real Sociedad será el Barcelona, que viene de hacer en LaLiga un partido pobre, malo, ante el Getafe -eso sí, sacado adelante- y ahora tendrá a una carta, mañana (21.00, hora española), aunque en el Camp Nou, pasar a semifinales de la Copa del Rey. Es verdad que la historia acompaña en el torneo copero a los blaugranas frente a los del Reale Arena, que nunca ceden ante los txurriurdin, pero los donostiarras no van a Barcelona de paseo.

Ni que decir tiene que a un partido, aunque no sea en campo neutral, las esperanzas de los vascos son reales, existen; cualquier jugada, un acierto, un fallo, puede llevar a un Barça de doble velocidad (una de cal y otra de arena) al borde del abismo. Dicho lo cual, aquí la víctima, por lo menos en el juicio a priori, son los realistas, que tratarán de llevar a cabo la machada.

Y Oyarzabal y compañía tendrán otra oportunidad -ya sea de equilibrar las tornas si dan la sorpresa en la ciudad condal este miércoles o de resarcirse de la eliminación copera- el próximo domingo ante el otro grande español, el Real Madrid, al que vistan en el Santiago Bernabéu en el mejor partido de la decimonovena jornada del Campeonato Nacional de Liga. Cabe la opción de que los de Alguacil caigan en los dos campos más complicados de España, pero desde luego, lo que sí podemos asegurar, es que Oyarzabal y compañía no van a vender barata su caída. Eso es una certeza.