Caos táctico de Ancelotti y reacción: dejen paso a los 2 nuevos fijos

El técnico italiano muestra sus carencias en la primera mitad pero sus ¿nuevas? virtudes en la segunda

Hay una verdad palpable, innegable, que ha condenado al Real Madrid en ciertas partes de esta temporada: hay pocos equipos en el mundo del fútbol de élite que hagan, en ocasiones, peor la presión que el conjunto de Concha Espina. Suena duro, pero es así. Su titubeo en ella a veces les condena, aunque ayer, saliéndose del guion, reaccionaron. Después, podemos hablar del pobrísimo partido de Benzema, Kroos y, otra vez, de Rodrygo, pero el fondo del asunto es el primero. Con todo, Carletto esta vez sí reaccionó escuchando los ruegos por dos jugadores que piden la titularidad. Y se la han ganado.


Descompensados

No hace falta ser entrenador de Champions League para entender que cuando un equipo va a buscar la salida de balón del otro para robárselo con la mayor brevedad posible debe ir en bloque, a una, sin embargo, el Madrid, campeón de Europa, no lo hace. Cuando sucede tal cosa, como ayer, se puede entender que el Barça fuera excelso ante ese desequilibrio táctico en la Supercopa o que el Villarreal mereciera ganar en la primera mitad. Cuando sucede, el Madrid deja muchísimas facilidades a grandes equipos. Después, el drama se cuenta solo.

¿El problema? Es tal la obsesión que siente Ancelotti por guardar su espalda, por preservar el bloque bajo, que se olvida en la presión de soltar al equipo, de la elemental basculación en el intento de ese achique. En el Real Madrid la presión no la hacían todos en los primeros 45 minutos de La Cerámica, sino solo ciertos jugadores, siempre descompensados. Y así es imposible tener éxito en la misma. Aunque a decir verdad deberíamos decir 55 minutos, porque desde entonces cambió Ancelotti, cambió el Madrid y los merengues merecieron justo lo contario: remontar y pasar. 


Ellos dos, esta vez sí

Si hacemos memoria, pasó lo mismo en las grandes gestas de la 21/22. Sucedió ante el PSG, ante el Chelsea y frente al Manchester City. Sucedió porque el Madrid de Ancelotti es capaz de hacerlo… cuando quiere. Llegado ese minuto, Carletto decidió 'arriesgar' dando entrada a Marco Asensio y sobre todo a un excelso Dani Ceballos, pero no solo eso, soltó al equipo en el despliegue, en la presión y recuperación, se permitió -esta vez sí- no quitar a Camavinga y su empuje, físico y calidad, pese a su tarjeta amarilla. Y entonces sucedió otra vez: el Madrid remontó y pasó. Como ha ocurrido en tantas ocasiones, y no es fruto de la casualidad sino de la valentía. 

Con la entrada de Ceballos crecieron todos y era justo que él, el artífice del cambio de cara del equipo junto a un Camavinga, cerrara el marcador con el 2-3. Y nombramos también al francés porque por fin completó el partido -Kroos y Rodrygo eran los que merecían salir del campo- y volvió a ser como en las grandes noches, determinante. Cuando Carlo Ancelotti decidió cambiar los cromos de siempre, cuando decidió arriesgar, cuando decidió irse en la presión en bloque a por el rival, cuando dio la batuta a dos jugones como Ceballos y Camavinga, a los que además acompaña el físico, el Madrid lo volvió a hacer: remontó y pasó.

Ahora, con los cuartos en el bolsillo y el golpe anímico de Villarreal, Ancelotti tiene ante sí la posibilidad de ‘arriesgar’ con Ceballos y Camavinga para a lo mejor darse cuenta que, jugar con ellos no es riesgo, sino apostar a caballo ganador, al menos cuando sus chicos de siempre (Kroos, Modric, etcétera) no están a buen nivel. El mercado difícilmente podrá mejorar a estos dos cracks de la medular... si tienen continuidad.