Yaya Touré vuelve a Europa: este es su nuevo club

Llevaba sin equipo desde hace un año

Pocos olvidan la figura de Yaya Touré, que fue, durante muchos años, el ganador del Balón de Oro africano. De hecho, es un viejo conocido en La Liga Santander, ya que estuvo durante tres años en las filas del Barça, donde ganó todos los títulos posibles. Lo que pocos saben es que, antes de aterrizar en el cuadro azulgrana, pasó por el KSK Beveren belga, desaparecido en 2010, el Metalurg Donetsk, también extinto, el Olympiakos, donde se dio a conocer, y el AS Mónaco.

Desde El Principado aterrizó al Camp Nou, a cambio de nueve millones de euros, y fue importante desde el primer día. Exhibió una potencia física descomunal, y una calidad técnica increíble, marcando algunos goles de bella factura. Eso si, su relación con Pep Guardiola nunca fue del todo buena, pese a estar presente en la consecución del triplete, y jugando en la final de la Champions League. Al final, también por culpa de la irrupción de Sergio Busquets, se tuvo que ir en 2010.

30 ‘kilos’ pagó el Manchester City, donde es toda una leyenda, y estuvo hasta 2018, ganando tres Champions League. En el Etihad Stadium de nuevo volvió a coincidir con el técnico catalán, que le apartó de sus planes, y con el que otra vez colisionó. De ahí hizo su regreso al Pireo griego, para marcharse a China, a seguir ganando dinero, para militar en el Qingdao Huanghai de la Segunda División. Pero quedó libre hace un año, y no ha vuelto a jugar.

A sus 37 años, el internacional con la selección de Costa de Marfil se niega a colgar las botas, y espera con ansias una nueva oportunidad. Y lo cierto es que ha sonado para diversos conjuntos, como el Spezia, de la Serie A, o el Monza, propiedad de Silvio Berlusconi, y donde juegan Mario Balotelli o Kevin-Prince Boateng. Pero el campeón de la Copa África en 2015 ya tendría acordado su próxima parada, que sería en Ucrania, donde ya jugó.

Concretamente, en el Olimpik Donetsk. Allí podrán disfrutar de un Touré que, por mucho que pase el tiempo, no pierde la sonrisa ni la motivación.