Vini firma el oro, Mbappé y Bellingham la plata y otro, la cruz, y no es Lucas: tachado del Clásico

Victoria de mérito en la reedición de la pasada final con remontada fulgurante con un hat-trick volcánico del brasileño, aunque no todo fue bueno

Los hay con estrella y quienes en esta temporada les han escondido la suya. Vinicius Júnior, por ejemplo, es la más rutilante, sin duda el líder de un equipo que necesita y mucho Kylian Mbappé y Jude Bellingham, los cuales, además de ser clave aún sin estar en su mejor momento, llegado el caso pueden tomarle el relevo al de São Gonçalo. No puede decir lo mismo el cuarto en discordia: más allá del error de Lucas Vázquez (en el segundo tanto visitante se duerme; por el contrario, anota el tercero), él es el gran señalado, una vez más, esta vez en el choque ante el Borussia Dortmund.

Meteórico hacia el reconocimiento áureo 

Dejando a un lado los números, incluso la calidad, si pensamos fríamente en lo que supone y ha supuesto durante la pasada temporada Vini Jr. para el Real Madrid, que es el equipo que más ha ganado, en verdad no hay discusión posible: el Balón de Oro debe ser para el brasileño. Y por dos sencillas razones: nadie ha aparecido tanto y con tanta incidencia en las grandes noches y ningún otro futbolista ha brillado a su altura cuando llegaban los momentos decisivos. Lo hizo (en la 23/24) ante el Barça (1 gol y 1 asistencia), el City (2 asistencias), el Bayern (2 goles) o el Dortmund (1 gol en la final), pero, como decimos, más allá de números, fue el jugador más determinante en cada una de estas citas y otras muchas más; de modo que esta discusión, más aún con el hat-trick de anoche, lo ha de coronar este próximo lunes.

Los otros

Sentadas las bases del argumentario en favor de Vini Jr. cabe decir que Mbappé y Bellingham fueron claves en los tantos del brasileño, de hecho, ambos jugaron mejor que el sudamericano hasta la explosión de este. Sin ir más lejos, del francés nace el tanto de la remontada, el de Rüdiger; de la lucha y brega del inglés, el cuarto del Madrid, el de la sentencia. El trabajo de ambos fue fundamental y sí, no están finos, pero con lo que aportar son capitales.

Otra vez mal

Y eso nos lleva en este recorrido circular por el choque de ayer ante los alemanes al punto de partida, el cuarto pilar que vuelve a quedar señalado, cruzado: Rodrygo Goes. Su partido volvió a ser malo, por poner un calificativo sencillo y definitorio, y eso que esta vez fue titular, sin embargo, no aportó gran cosa ni en el desequilibrio ni de cara a portería, tampoco soluciones en favor del equipo cuando este sufría por falta de movilidad y verticalidad. Jugó 85 minutos y volvió a decepcionar, demostrando que es un jugador de una calidad inmensa, pero con menos peso que los otros tres. Y lo que es más importante, con el cambio táctico que pretende Carletto es sin duda el elemento débil de la ecuación.

El partido ante los de Nuri Sahin lo volvió a confirmar: el Madrid de las grandes noches apareció, remontó el 0-2 en contra, goleó y Rodrygo fue testigo mudo en la gesta. Y como prueba de que lo que no puede ser, no será, encima se lesionó.