París helada: Neymar se rompió, no jugará la Champions frente al Barça

La lesión que sufrió ayer, tras recibir muchas entradas duras, pone en duda que pueda estar frente al Barça

Seis oportunidades ha tenido Neymar Júnior para disputar un partido de octavos de final de Champions League desde su abrupta salida del Barça, hasta ahora solo ha podido disputar tres, perdiéndose otros tres por diversas lesiones. De nuevo tiene marcadas otras dos fechas en el calendario, 16 de febrero y 10 de marzo. Pero es más que probable que esté ausente, al menos en el primero de esos dos encuentros, otra vez por lesión. Durante el partido de la Copa de Francia de ayer, que enfrentó al Caen con el Paris Saint-Germain, el delantero recibió una patada tras otra hasta que, doliéndose de los abductores, se retiró del terreno de juego directamente hacia el vestuario. El brasileño fue sustituido por Mbappé, que no jugaba junto a Neymar por las rotaciones que ha establecido su entrenador, Mauricio Pochettino, pensando, precisamente, en la eliminatoria de Champions frente a los culés.

El balance de los encuentros en los que el carioca sí ha podido jugar un partido de octavos, es irregular: participó en el encuentro de vuelta, frente al Madrid, de la temporada 17/18 en el que el PSG perdió y fue eliminado de la competición. Pero en la única eliminatoria en la que sí ha podido jugar tanto ida como vuelta, que fue contra el Borussia Dortmund la pasada temporada, anotó dos goles y su equipo llegó a la final. Desde París son pesimistas, esperan que pueda llegar al partido de vuelta en París, si es que la lesión no es excesivamente grave. Además, el jugador arde en deseos de enfrentarse a su exequipo y de volver a ver a sus amigos, sobre todo a Messi. Precisamente el reencuentro con el argentino genera mucho morbo en la prensa y en la opinión pública, más aún después de las declaraciones donde se ha especulado con la llegada de La Pulga al conjunto parisino.

Esta nueva lesión pone en el ojo del huracán al fútbol francés, ya que parece que se está endureciendo y embruteciendo tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. Es cierto que el juego del brasileño, por su desparpajo y fantasía, en ocasiones logra sacar de quicio al rival, que acaba cometiendo una falta con rabia, pero eso no justifica la cantidad de patadas que recibe Neymar y la dureza de las mismas.