Koeman se enfrenta al Barça tras la renovación de uno que quiere echar

A pesar de haber apabullado al Ferencvárosi en la primera jornada de la UEFA Champions League, Ronald Koeman no terminó del todo satisfecho la noche. Y no precisamente por aspectos meramente futbolísticos, ya que el FC Barcelona por fin dejó buenas sensaciones en una de las semanas más importantes de la temporada.

La parte negativa la puso Gerard Piqué, que fue expulsado en el ecuador del segundo tiempo del encuentro tras cometer un fallo de colocación y posteriormente agarrar manifiestamente al delantero de los húngaros. Al técnico holandés no le gustó nada esa acción, y más si tenemos en cuenta el rendimiento que está ofreciendo el central catlán en este primer tramo de termorada.
Tras muchas temporadas en el club, ha tenido que llegar Koeman para dar fe de que el zaguero está muy lejos de su mejor versión. Ya con 33 años, el técnico holandés se ha planteado darle un toque de atención, pero las alternativas existentes en el banquillo no son los suficientemente fiables para el holandés.

Pese a su bajo rendimiento, Bartomeu y la directiva culé han decidido renovar al central, algo que no ha sentado nada bien al entrenador. Éste ha exigido durante toda la pasada ventana de traspasos la llegada de un recambio fiable en el eje central de la defensa, pero no ha visto recompensada su petición y ahora tiene que ver como tiene que contar con Piqué de manera casi forzada al no tener un sustituto de nivel en el banquillo.

Además del catalán, el club ha confirmado también la extensión de la vinculación con la entidad blaugrana de Clément Lenglet, Marc-André ter Stegen y Frenkie de Jong, otro de los futbolistas de la plantilla que ha estado muy cuestionado en este primer tramo de temporada y que Koeman estaba dispuesto a vender al final de la temporada si no cambiaba el chip.

Ahora el Barça, con ‘el Clásico’ en el horizonte, ve como su técnico se ha mosqueado notablemente con la directiva, ya que la renovación de Gerard Piqué y Frenkie De Jong hacen prever que Bartomeu no va a realizar movimientos para reforzar esas posiciones, contraproduciendo los deseos del flamenco.