Jürgen Klopp lo ve muy negro por esto ¡El Liverpool acorralado!
El Atlético tiene un arma secreta que ha puesto muy nervioso al cuadro 'red'
Cuando los Virgil van Dijk, Mo Salah, Sadio Mané, Jordan Henderson y compañía saltaron al césped del Wanda Metropolitano el pasado sábado en la ida de los octavos de final de la Champions League se dieron cuenta que ese partido iba a ser un reto diferente a todo lo que se habían encontrado durante esta temporada, sobre todo en la Premier League, donde se han paseado hasta la fecha y sin oposición (no han perdido ni un partido en la liga inglesa). El Atleti ganó (1-0), no concedió ni un tiro a puerta y ahora, a veinte días de la vuelta en Anfield, los colchoneros usan un arma peligrosa que tiene muy nervioso al campeón y al mismo Jürgen Klopp, que no las tiene todas consigo.
El primero en dar muestras de ira contenido en la entidad red fue Virgil Van Dijk que, tras el partido, en unas palabras fuera de lugar y razón, acusó al fútbol español en su conjunto de jugar poco la pelota y querer amasar la posesión. El central, que fue uno de los destacados de su equipo pero en el plano negativo, se olvidó que La Roja, el Barcelona o el Real Madrid han sido dominadores a nivel internacional precisamente con ese modus operandi, en una de las épocas más bellas en cuanto a fútbol ofensivo y de posesión de la historia del balompié se refiere: unos, el combinado nacional, con los tres títulos internacionales; otros con el Barça del sextete, y los blancos con tres Champions consecutivas.
Ahora bien, no es la única estrella que está nerviosa en Anfield. Y todo ello viene dado por las provocaciones que han levantado los rojiblancos intencionadamente, primero dando una vuelta de honor a su estadio tras la victoria, después con muestras de euforia –incluido un vídeo, luego borrado, de Vrsaljko en pleno entrenamiento y con la plantilla agitando pañuelos victoriosos al aire- por el triunfo. Esta estrategia atlética, con tantos días por delante, no hace sino ahondar en el nerviosismo del entorno Liverpool, que no deja de asistir al espectáculo con estupefacción y resignación contenida.
A Klopp se le vio contrariado y cargó contra el juego de los del Cholo Simeone asegurando que cambió a Mané por el supuesto teatro que llevaban a cabo los jugadores locales al tener el punta africano una amarilla. El central y el entrenador no han sido los únicos. El último en hacerlo ha sido el tranquilo Mo Salah, que ha dejado un enigmático mensaje al Atlético: “Anfield awaits...” (Anfield espera). Lo cierto es que vaya si tiene que esperar el equipo red para tomarse la revancha, que de ninguna forma llegará antes del 11 de marzo.
Muchos días para pensar, para recapacitar y pulir errores. También para temer a un rival que se mostró, y ya lo ha hecho en el pasado en la Liga de Campeones, muy rocoso en la parcela defensiva. Klopp teme esto, que tanto la provocación como el juego sean un plan maestro de Simeone y que su equipo vaya directo a un callejón sin salida. El míster alemán sabe que el año pasado remontaron al Barcelona tres goles, pero también conoce el alma rojiblanca y como, salvo alguna excepción, esta no se dejará doblegar tan fácilmente en defensa como lo hicieron los culés. En tierras británicas estará otros factores anímicos, como Diego Costa o Joao Felix. Y si pasan 20 minutos y el marcador sigue a cero, todo empezará a complicarse…
El Liverpool tiene un espacio temporal amplio para recapacitar y fijar sus iras contra su rival, mientras, al otro lado de Europa, en el Manzanares, todo el mundo parece muy tranquilo… y eso saca de quicio a los reds.