Florentino, sin piedad con Ancelotti tras el duelo del Bernabéu: el fichaje récord está señalado

Pese a las oportunidades, la historia se repite, la competencia le empuja a las críticas y el hueco va cerrándose

Pocos peros se le pueden poner al Real Madrid y su inicio de temporada, algo que, para muchos, apoyados en el pragmatismo, es lo único que importa: ha ganado todo lo que ha jugado; lo último en Champions, en el estreno de esta edición del torneo y ante un adversario aparente, un voluntarioso Union Berlin (1-0). Y aún con todo, ni Florentino ni Ancelotti ocultan su preocupación con un jugador colmado de oportunidades pero que no convence pese a haber sido una inversión récord del club.

Aurélian Tchouameni cumple con su segunda temporada en el conjunto blanco y lo hace, como en la primera, con la reiterada oportunidad de ser titular desde el primer instante, pero no lo está aprovechando; tal y como sucedió en la 22/23, su comienzo positivo ha sido efímero y ahora las miradas se fijan en él como un eslabón débil que bloquea el incesante talento que compite por su puesto en el once. Dicho de otra forma, el fichaje de los más de 80M está en tela de juicio y aunque nunca antes el Real Madrid pagó por un mediocampista defensivo tanto dinero, el mandatario y el técnico empiezan a dudar: hay pretendientes y no se gana su estatus.

Y no se engañen, estas dudas no vienen por otra actuación pobre y gris del jugador, esta vez ante el equipo de la Bundesliga, sino que la cosa viene de lejos y tiene una repercusión rotunda en el juego y equilibrio de la plantilla. Sobre lo primero, el francés es plano en su espectro de aportes y encima recupera pocos balones, se muestra inoperante en la construcción y en la elaboración, lento en ambos aspectos, pero es que además está acumulando errores defensivos y tácticos que lo condenan.

Pero sobre todo y por encima de esas razones y los 80M que costó, Tchouameni le está quitando minutos a Toni Kroos, Luka Modric, Eduardo Camavinga y Dani Ceballos sin haber demostrado que es digno de tal cosa. Lógicamente parte de esta culpa ha de recaer sobre el míster, que insiste en él para no perderlo para la causa, como sucedió en la pasada campaña, pero otra vez la grada del coliseo blanco recibió del mal grado el cambio de su compatriota (Camavinga), que suele ser de lo mejor, y otra vez hubo sonido de viento con el ex del Mónaco. Y ya se sabe: por más que insista Ancelotti, si un jugador no cuaja, el Bernabéu termina fulminándolo. Lo del galo no pinta bien.

Sin convencer con sus prestaciones y su juego, pero sobre todo teniendo una larga lista de pretendientes por él en el mercado de fichajes, Tchouameni ya no es indiscutible en el Real Madrid.