Nagelsmann, de enemigo a aliado con Dembélé: oferta con precio y fecha
El futbolista francés tiene muchas papeletas para no terminar la temporada en el Barça
El Bayern Múnich es uno de los clubes que más interés ha mostrado en hacerse con los servicios de Ousmane Dembélé durante los últimos meses, sobre todo por ese aliciente especial que tiene el futbolista francés: termina contrato el 30 de junio y llegaría gratis al Allianz Arena.
No obstante, los últimos reportes de medios alemanes han desvelado que, tras las sorprendentes declaraciones de Dembélé en lo relativo a sus exigencias para sellar su renovación con el Barça, Julian Nagelsmann ha pedido a la directiva que intente el fichaje del crack francés de 24 años en el mercado invernal. El extremo está decidido a no extender su vinculación con el conjunto blaugrana mas allá de 2022 si Laporta no accede a esa ambiciosa petición salarial (cobrar casi 20 millones de euros netos por campaña), algo que dista enormemente de las posibilidades del club y que abre la puerta a los colosos que están pendientes de su situación, como el Bayern.
Es por eso que el Barça, haciéndose ya a la idea del adiós del jugador y tras el fichaje de Ferran Torres, no pondrá reparos para dar salida al francés si llega una oferta atractiva en el mes de enero, siendo el conjunto alemán uno de los clubes que está dispuesto a realizarla. Y es que el campeón de la Bundesliga también está muy pendiente de que la situación de Kingsley Coman, quien parece estar dispuesto a salir del club el próximo verano y quien dejaría un hueco importante en el equipo.
Por ende, Dembélé es el jugador elegido por el entrenador teutón para paliar la posible salida del extremo galo y diversos medios germanos ya han esclarecido el precio y la fecha en la que el club realizará una oferta que podría ser definitiva para certificar el adiós del todavía futbolista del FC Barcelona, antes del día 10 de enero para evitar que se sumen nuevos efectivos a la lucha por el jugador y 30 millones por sus derechos, una oferta que la directiva culé, salvo sorpresa mayúscula, aceptaría sin titubear: el Bayern, de amenaza a aliado en cuestión de semanas.