Alaba y él: doble bombazo de Florentino Pérez en el Bayern de Múnich

El Real Madrid se fija un doble objetivo

Mucho se viene hablando acerca de la llegada de David Alaba al Real Madrid, que parece estar prácticamente cerrada. Recordemos que acaba contrato con el Bayern de Múnich en junio, y ya ha manifestado que no tiene intención alguna en renovar. El club ya lo sabe, y espera contar con él hasta final de temporada, pero tampoco se descarta venderle en enero, si llega una oferta aceptable. Eso es precisamente lo que pretende aprovechar Florentino Pérez.

Pero no es el único objetivo que se ha marcado en el Allianz Arena, ya que sabe que hay otro crack que tiene un importante descontento. Ese es Alphonso Davies, que fue, precisamente, el que le robó el puesto al internacional austríaco como lateral zurdo titular la pasada campaña. Sin duda, fue una de las grandes revelaciones de todo el panorama internacional, y muchos le consideraban como el mejor del planeta en su puesto, a sus apenas 20 años.

Tuvo un curso para enmarcar, siendo clave e indispensable para el triplete que consiguió su club. Defensivamente es sólido y apenas comete errores, y a la hora de atacar es un cuchillo, gracias a su velocidad, su potencia y su fuerza. Si no, que se lo pregunten al Barça, que lo sufrió en sus propias carnes, en cuartos de final de la Champions League. El problema es que todo se ha venido abajo y ha cambiado de manera radical en estos últimos meses.

Las lesiones le han castigado, y tampoco ha estado a su mejor nivel cuando ha jugado. Por esa razón, Hans-Dieter Flick ha preferido apostar por Lucas Hernández en esa posición, lo que no ha hecho nada de gracia al canadiense. Apenas suma 639 minutos divididos en 11 encuentros, lo que no supone ni la mitad de los minutos totales que podría haber disputado. Y sus números también han empeorado mucho, pues solo ha dado una asistencia.

Eso si, parece complicado pensar que el Bayern vaya a dejar ir a Davies, al menos, a un precio asumible. El Madrid se tendrá que conformar con Alaba, que tampoco es poca cosa.

El otro ya es mucho más complejo.