Stephen Curry cambia la historia: toca a Jordan y aparta a LeBron
Steve Kerr pone dimensión a las salvajadas de su estrella
Miren, cuando un jugador legendario, considerado ya el mejor tirador de todos los tiempos, consigue volver a sorprender a sus 33 años, destruye récords y marca registros inalcanzables para ningún otro mortal en la mejor liga de baloncesto del mundo, sea cual sea la edad del resto, entonces entramos a caminar por terreno mitológico, el de la divinidad de la liga, donde está Michael Jordan, se coloca a LeBron James y donde entre los más altos puestos busca un sitio de honor Stephen Curry. Lo merece.
“Es uno de los mejores de la historia y el mejor triplista de todos los tiempos”, ha dicho Steve Kerr, su entrenador, tras la animalada del playmaker en la última victoria de esta temporada de los Warriors, frente a los Cleveland Cavaliers de Ricky Rubio. Cabe recordar que el tipo que caracteriza con esa cita al base de la franquicia de San Francisco, el míster de Steph, fue el especialista tirador de los incontestables Chicago Bulls de His Airness; luego, sabe de lo que habla, tanto a nivel grupal como individual.
Curry anotó ayer 40 puntos con un promedio en triples que empieza a sonar a broma, 56,3%, un balance en los últimos seis choques de 36 puntos a razón de nueve triples por partido en cuatro de ellos, amén, ayer, de 4 asistencias y 6 rebotes. Curry ya es el máximo anotador de la liga; de nuevo, porque ya lo fue la temporada pasada; y es el líder incontestable del mejor equipo, unos sorprendentes Golden State Warriors que han ganado 13 de sus 15 partidos (13-2) … y eso que aún se espera por Mission Bay a Klay Thompson que llegará por Navidad, como el buen turrón.
Pero más allá de los fríos datos, lo de Curry es estratosférico por la sensación de estar ante algo distinto, insuperable. Insólito, si gustan de tal apelativo. La pasada madrugada, frente a los Cavs, metió la mitad de sus puntos en el último cuarto, con un parcial de equipo de 36-8 sobre los de Ohio que directamente destrozó hasta sus cimientos a la franquicia que dirige JB Bickerstaff. Por estas cosas, por estos estallidos imparables, es por las que ya se le coloca no en el Top-5 histórico, sino en disposición de arrebatarle el segundo escalón, si es que tal cosa existe (no somos partidarios de ello), a LeBron James. Desde luego nadie dudaría en apartar a The King en favor de Steph si este último logra el anillo esta temporada; básicamente, porque elevaría el estado de forma mágico del 30 de Akron a una gesta épica, más si cabe entre tantos equipos repletos de estrellas, como los mismos Lakers y Bulls, Miami Heat o Brooklyn Nets. Queda mucho para ello, por lo que disfrutemos de un jugador único en su especie, la del Olimpo de la NBA.