Steph Curry cava la tumba de Irving y Doncic… y Joel Embiid es la gran piedra: inexplicable final

Los Mavs se asoman al abismo tras entusiasmarse hace solo un mes con la llegada del base de origen australiano

El aterrizaje de Kyrie Irving en el American Airlines Centre en los últimos compases del mercado invernal de la NBA generó una clima de mucho optimismo en Dallas ya que, con Luka Doncic rindiendo a un nivel tan gratificante como el mostrado por el esloveno durante la primera parte del curso, las opciones de pelear por el anillo crecerían exponencialmente si Irving lograba ofrecer su mejor versión.

No obstante, ambos jugadores solo pudieron coincidir sobre la pista durante las primeras semanas ya que las lesiones han apartado al ex del Real Madrid, algo que está teniendo efectos muy nocivos para la franquicia tejana debido a que el equipo ha caído de los puestos de play-off y tiene serias amenazas para colarse en el play-in.

El trascendental partido vivido ante los Warriors de Stephen Curry hace dos noches se saldó con derrota de los Mavs, quienes todavía no están contando con su dupla de oro en condiciones óptimas, y de ahí que la recta final de la fase regular se haya convertido en una carrera cuesta arriba para intentar revertir esta mala dinámica y poder afianzar su hueco en las eliminatorias, algo que, a día de hoy, a pesar de que aún restan más de diez encuentro por disputarse, se antoja realmente complicado.

Para colmo de males, aunque el calendario de los Dallas Mavericks no es el más exigente, el equipo tendrá que verse las caras en una de sus últimas citas con los Sixers, una franquicia liderada de forma descomunal por Joel Embiid y una franquicia que, aparte de haber sellado su presencia en el play-off por la vía rápida, está reforzando su candidatura a ganar el título esta temporada.

Un giro inexplicable

Nadie en Dallas sopesaba que cerrar una incorporación como la de Irving, quien sigue estando considerado como uno de los jugadores más diferenciales de la liga a pesar de la cantidad de problemas extradeportivos vividos durante su estancia en Brooklyn Nets, jugaría en contra de los intereses del equipo, pero la realidad es muy cruel con la franquicia presidida por Mark Cuban y, a menos de un mes para que eche el cierre la fase regular, ese sentimiento de optimismo mencionado ha cambiado completamente a un escenario de terror.