Se desvela el truco que hizo posible la salida de Harden a Brooklyn
La NBA se ha quedado sin palabras cuando le ha visto calentar en el Barclays Center
Fueron muchos los que se tuvieron que frotar los ojos con sus propias manos para creerse lo que veían en el parqué de la cancha de los Nets cuando anoche saltó a calentar el conjunto de Brooklyn con su nuevo y flamante fichaje entre ellos, James Harden. Nadie se podía creer que el jugador, natural de Los Ángeles, luciese esa figura bajo la ropa de calentamiento de los Nets cuando tan solo cuatro noches antes se le había visto más pasado de peso que nunca.
¿Qué había ocurrido para que con tan poca diferencia de tiempo el cuerpo de James Harden luciese tan diferente? Si el espacio transcurrido entre una foto y la de anoche hubiese sido de unos días más, se podría pensar que “The Beard” se habría machacado en el gimnasio para quitarse esos excesos de las últimas semanas en Houston, pero con tan poco tiempo, eso es literalmente imposible.
Es por ello que lo que se ha comentado desde diversos medios estadounidenses como posibles hipótesis de la rapidísima pérdida de peso ha sido un truco tan básico como efectivo: Harden se habría ayudado de ropa extra por debajo de la que llevaba en su último día como jugador de Houston Rockets, lo que le habría dado ese aspecto de jugador completamente pasado de peso y, lo que es más importante, le habría puesto muchas facilidades para salir de la franquicia texana rumbo a una nueva y deseada etapa en el equipo de New Jersey junto a Kevin Durant y Kyrie Irving entre otros.
Y lo cierto es que la sensación de que Harden había engañado a todo el mundo no se quedó solo en el calentamiento, porque una vez se hubo vestido de corto el nuevo fichaje de los Nets se marcó un debut a la altura tan solo de las grandes estrellas: un triple doble con 32 puntos, 12 rebotes y 14 asistencias que dejan muy claro que queda Harden para rato.
Su truco le sirvió para salir de Houston y ahora se espera que su baloncesto ayude a los Nets a conseguir el anillo. El tiempo lo dirá.